Continuamos con la colaboración de Jose Hermindo Prieto García, y seguimos hablando de tejas, centrándonos en el propio material.
Teja cerámica
La normativa
vigente para el diseño y ejecución de cubiertas tanto para la teja cerámica
como para la teja de hormigón establece una serie de criterios para garantizar
la estanqueidad de la cubierta así como su buen uso. La pendiente necesaria y
la ventilación de la cubierta, sobre todo microventilación de la capa inferior
a la teja son quizás los aspectos más importantes de la normativa junto con la
instalación en seco.
Todo este
marco regulatorio como guía para diseño y ejecución de cubiertas, no fue
suficiente para que en los últimos años la teja perdiera presencia en la
arquitectura, no solo frente a las cubiertas planas sino también frente a otros
materiales.
Consultados
los Arquitectos en un amplio número, se obtuvo como respuesta que las tejas no
habían evolucionado como la arquitectura en los últimos años. Ellos mismos
mostraron un camino a seguir para el desarrollo de nuevos productos, nuevas
geometrías, restyling de productos y reinvenciones. La teja pasó a tratarse
como otros productos cerámicos para pavimentos y fachadas.
Paralelamente,
se ha conseguido desarrollar la tecnología necesaria para poder fabricar las
tejas cerámicas y poder utilizarlas en cualquier climatología. A pesar de que
la teja cerámica es un producto que se ha utilizado y desarrollado a lo largo
de la historia, la normalización del producto en la Edad Media vino en parte
dada por problemas de calidad por baja resistencia a heladicidad que se
intentaba resolver vía cocción, proporciones de materias primas, y rigor
dimensional. Los problemas por la falta de resistencia a la climatología
adversa se han repetido perpetuamente, dando vida al arte y oficio del retejo,
que marcaba la selección natural de las mejores tejas, y curiosamente eran las
que tenían los poros colmatados. En los últimos 30 años, la utilización de
morteros con una alta proporción de cemento, han contribuido a un deterioro más
rápido, no sólo de las tejas, sino también del resto de materiales de la cubierta,
además de problemas de aislamiento, humedades, etc.